PATALETAS, BERRINCHES Y ENFADOS

- junio 01, 2020

Este periodo durante el estado de alarma, ha sido muy duro para todos, pero quizá mucho más para los niñ@s, han demostrado mucha más coherencia que algunos adultos y aunque probablemente han tenido sus más y sus menos encerrados en casa, nos han dado una lección a todos comportándose como verdaderos campeones durante el confinamiento.

En su día a día, es muy importante ponerles limites, dejarles claras las normas a cumplir y las consecuencias que tiene el no hacerlo y que escuchen de vez en cuando un NO, ya que es una palabra que estará presente en varias ocasiones a lo largo de su vida, incluso ellos también tienen una época en la que es muy predominante.

Seguro que en ciertas ocasiones han mostrado enfados, rabietas, mal comportamiento...es su manera de expresar su frustración, su malestar, sus problemas y dudas ante ciertas situaciones y no sólo durante estos meses, los niños tienen que manifestar sus sentimientos de tristeza, rabia, enfado... Todas estas muestras, tienen algún motivo: falta de autoestima, pérdida de algún ser querido, cambios bruscos en la rutina, un trabajo que no ha salido como quería...son circunstancias que surgen y a las que el niño, lógicamente, reacciona. Por todo ello, es importante enseñarles a cómo gestionar esas emociones y sentimientos.

Cuando un niño entra en ese pico, en estado de enfado, terquedad, ira y llanto, es muy complicado hablar con él, calmarle y puede llegar a ser desesperante para un adulto, incluso podemos perder los nervios, gritarle, castigarle....Pero los adultos también tenemos que saber controlar la situación, los niños están pidiendo ayuda, alguien tiene que explicarle el por qué está sintiendo eso y buscar una solución.

Para hacerle razonar al niño, la Psicóloga Sally Neuberger nos propone una pregunta mágica que nos permite que el pequeño piense en su respuesta, se sienta comprendido y apoyado. Supongamos un caso en el que el niño quiere una galleta antes de comer, por mucho que le queramos explicar que pronto será la hora de comer, el niño solo entiende el NO y lo más probable es que se ponga a llorar, en el momento de pataleta hemos de decirle:

- A ver, ¿es un problema grande, mediano o pequeño?- seguro que para él es grande, pero podemos plantearle una comparación con algo que sepamos que realmente le importa, como por ejemplo: su peluche favorito.

- Entonces, ¿si se pierde para siempre tu peluche favorito es un problema más pequeño?-, nos responderá que no y entonces podremos explicarle que quizá su problema no es grande, sino pequeño. El niño estará más calmado, se sentirá comprendido y entonces le pedimos buscar una solución.

- ¿Qué podemos hacer para solucionarlo?-. Podemos dejarle que piense solo en una solución o planteársela nosotros, por ejemplo: -Juega un poquito, enseguida pasa el tiempo, comemos y después la galleta ¿vale?

De esta manera, está tomando conciencia de que los problemas pequeños tienen fácil solución, lo medianos requieren más esfuerzo y los grandes, son algo más complicados de solucionar. Este método ha sido comprobado por esta psicóloga en guarderías y funciona en un porcentaje muy alto de casos. Mostramos al niño empatía, le ayudamos a confiar en sí mismo y a buscar solución a los problemas fomentando también la autosuficiencia.

Hace unas semanas publiqué una entrada relacionada con las emociones, pero he querido ampliar ese material con más información y recursos. A continuación, os adjunto enlaces interesantes, cuentos y otras ideas sobre este tema. Espero que os guste.